Nos pasamos la vida persiguiendo el éxito, corriendo detrás de él, muchas veces como si éste fuera una zanahoria y nosotros el conejo tratando de atraparlo. En ocasiones hasta llega a generarnos, angustia, ansiedad, frustración al pensar “el éxito no es para mí, eso es para otros”.
Durante gran parte de mi vida yo mismo sufrí las consecuencias de pensar con total convencimiento de que el éxito es algo que conseguimos únicamente al alcanzar un resultado positivo, no antes. Y no fue sino hasta hace algunos años que descubrí un concepto del éxito que cambió por completo mi visión de lo que éste significa; lo escuché casi por casualidad durante una conferencia a la que asistí y en la que se parafraseo a Earl Nightingale quien definió al éxito como “la realización continua y progresiva de un ideal noble”.
El ideal es esa meta claramente establecida, que además, es noble porque no tienen ni un ápice de negatividad y por el contrario se plantea como objetivo agregar valor y beneficios. Es de realización continua porque desde el momento que se da el primer paso por alcanzarlo ya comienzas a vivir en éxito.
¿Porque es tan importante entender este concepto sobre el éxito? Lo explico con el ejemplo de Thomas Edison quien no fue exitoso cuando creo la bombilla de luz como hoy la conocemos. Edison vivió en éxito desde el momento que se propuso la meta y durante el proceso de todos sus intentos que terminaron siendo más de mil. ”No fueron mil intentos fallidos, fue un invento de mil pasos” decía Edison cuando dio a conocer al mundo el proceso por el que había conseguido su creación.
Entender el concepto de éxito en su significado amplio nos permite mantenernos de pie cuando el cansancio y la frustración nos alcanzan, nos ayuda a ser perseverantes y nunca renunciar en alcanzar nuestro ideal noble, pero además nos permite hacerlo en paz y sin la presión que implica el creer que por no alcanzar el objetivo en alguno de los intentos esto represente el fracaso.
Durante una entrevista que le hicieron al famoso cantante Juan Gabriel, le preguntaron qué significaba el éxito para alguien como él que había tenido una vida tan accidentada, a lo que respondió: “Mi éxito no llegó cuando me hice famoso o llenaba estadios en mis conciertos, mi éxito comenzó cuando salí del vientre de mi madre y luego comenzó a materializarse cuando conocí mi amor por la música y se convirtió en parte de mi vida”
“El éxito no es el final y el fracaso no es fatal. El coraje para continuar es lo que cuenta”
WINSTON CHURCHILL
